domingo, 25 de septiembre de 2016

Hoy os quiero contar reflexiones de cumpleaños

Durante años utilizaba este dia para reflexionar, recordar mis prioridades y marcar mis objetivos para el próximo año, establecía como inicio de mis nuevos proyectos el dia de mi cumpleaños, era mi autoregalo, una rutina que comenzó hace treinta años tal dia como hoy en las fiestas de la Mercè, celebrando como no mi cumpleaños, rodeado de esos grandes amigos, con mis necesidades primarias, secundarias y terciarias cubiertas, comenzaba a darme cuenta que para ser feliz no habia nada como dejarse guiar por la pasión, y cogí la costumbre de dedicar el final de ese dia a pensar, a preguntarme que queria para el próximo año por encima de cualquier otra cosa, viviendo cada dia guiado por ese deseo pasional establecido ese dia veinticuatro. Solia después hacer un ejercicio similar para revisar y corregir ese plan tres meses después, coincidiendo con la navidad y donde sin duda estamos más sensibles y nuestra capacidad de valorar las cosas importantes se incrementa. Abandoné esta rutina hace algunos años, cuando descubrí que un año era demasiado tiempo para realizar un proyecto tan importante y comencé a marcar ese objetivo pasional cada día, al levantarme agradeciendo haberme despertado y dedicando el espacio de tiempo suficiente mientras realizo algún estiramiento o algun ejercicio físico mientras me acabo de despertar, para saber donde estoy y hacia donde voy, cual es mi prioridad pasional y como afrontar la rutina diaria sin salir de mi verdadero camino.

Hoy he querido dedicar este final del dia de mi cumpleaños a retomar este blog, que nació con emociones fuertes y que estaba quedando en el olvido, malherido. He querido hacerlo para contar una de esas historias que durante semanas he ido incorporando para mostrar al mundo mis valores, mis prioridades y mi forma de ver la vida. Lo he retomado por haber sido esta una semana especialmente emotiva, que comenzaba el pasado viernes en un nuevo proyecto, una nueva idea de aportar mi tiempo a una causa olvidada y movido por la ilusión me enredaba en un stage deportivo con un grupo hasta entonces desconocido.
Tras la presentación y primeras tomas de contacto me encontraba con una amiga de la infancia, compañera de colegio con la que empezabamos a ponernos al dia, recordando compañeros y anécdotas remontándonos cuarenta años. Me desplacé a Banyoles ilusionado por comenzar un nuevo proyecto y de repente me encontraba con un jarro de agua fría, al enterarme de la muerte reciente de una compañera de colegio, hija de amigos de la família, con quienes mis padres habian compartido muchos momentos en el inicio de su adaptación como emigrantes a Cataluña en los años sesenta. Y como todo puede empeorar, me enteraba de la muerte no tan reciente de quien sin duda fue en la infancia parte de mí, con quien intercambié sonrisas, juegos y lágrimas, mientras creciamos y descubriamos algo nuevo cada dia, soñando, aprendí a amar el éxito ajeno, disfrutando con la competición con independencia del resultado, forjando un sentimiento profundo de amistad. Recuerdo aquellas competiciones en clase, con apenas 6 años, dividiendo a toda velocidad, leyendo fragmentos o realizando rompecabezas, una y otra vez, deseando su victoria tanto como la mia. El saber de su inesperada muerte me condujo mentalmente al pasado, ya había experimentado su pérdida dos veces al tomar caminos diferentes, consciente de que dificilmente nuestras vidas paralelas se volverian a cruzar por tercera vez.
Emocionalmente descolodado iniciaba una semana laboralmente complicada, en la que mis decisiones afectan en mayor o menor grado a cientos de personas de forma muy directa a sus proyectos, sus pasiones y su realización personal y profesional futura. Comenzaba el lunes encontrándome con muchos de ellos y también con mis emociones, no olvidadas, pero si guardadas para seguir mi camino. En pocos minutos cruzaba saludos con algunas de las personas a las que he tenido el placer de conocer en los últimos tres años, algunas a las que he entrevistado y con las que he compartido información, proyectos, pasiones y emociones, a las que he extendido mi mano y que sin duda me han hecho crecer y mucho como persona.
Descubrir potencial y talento es un lujo al que estoy muy agradecido, sin embargo, cuando estableces lazos de amistad y pierdes el control de su camino y del tuyo, sabes que no tendrás lágrimas suficientes, ni capacidad para cambiar el rumbo, ni el tuyo ni el de nadie, sabes que las vidas se separan y las conexiones se desvanecen.
De camino a casa pensaba en algunos de los compañeros a los que había saludado , y recordaba aquella bata blanca, entrecruzando historias con la mejor amiga de mi infancia, consciente que igual que ella desapareció un día de mi vida, tomando caminos diferentes, ahora mis conexiones emocionales con la mayoría de ellos correría la misma suerte.
Demasiada gente a la que aprecio, demasiada gente a la que valoro, demasiados referentes, demasiada buena gente que han marcado mi camino. Emocionalmente no estoy preparado para desconectar, para no seguir a su lado, sin embargo se que cogerán el camino adecuado y seguirán avanzando aunque yo no esté ahí para poder disfrutarlo. El resto de la semana ha sido igualmente intenso, mezcla de alegría y tristeza al desvelar el destino de grandes amigos, estaré ahí para acompañar y subir la montaña con los que se quedaron atrás, ahí es donde quiero estar y ahí es donde estaré, hoy prefiero llorar que brindar, sabiendo que le daremos la vuelta, juntos con los que quieran estar.

Si piensas en alguien a quien este post le pueda ayudar en su camino, compártelo.

domingo, 21 de agosto de 2016

Hoy os quiero contar jugando a escaquearse

Quiero dedicar este post a aquellas personas que presentan una habilidad innata que les permite afrontar la vida con mucho menos esfuerzo. Esta habilidad o competencia no la vi recogida en ningún diccionario de competencias ni en ningún recopilatorio de habilidades técnicas, y sin embargo la observo día a día, por todos lados.
Me refiero a esa habilidad que tienen algunos para no estar presentes en el sobre esfuerzo, en la excepcionalidad, en el dar más de lo que toca, a esos que de niños siempre desaparecen justo cuando toca retirar los platos de la mesa, que se esfuman a la hora de sacar la basura, que en los entrenamientos siempre dan una vuelta de menos, que no cargan con las porterías, que jamás son voluntarios. a esos adolescentes que nunca cambiaron un pañal a sus abuelos, que son silenciosos, capaces de pasar desapercibidos, un día y otro. Esos trabajadores excelentes, simpáticos y agradables que cuando suena el teléfono miran concentrados su tarea y de reojo al compañero que habitualmente maneja diferentes instrumentos de la orquesta o ese empleado que siempre está atareado cuando se busca alguien para un recado.

Jamás me encontré a nadie que me manifestara que es un especialista en escaquearse, en hacer ver que está con el grupo, pero que en realidad descansa sobre el esfuerzo del resto, que es un auténtico ahorrador de energía, y sin embargo encuentro desafortunadamente este tipo de comportamientos continuamente.

Este tipo de individuos sobrevive perfectamente en nuestro mundo frenético, quizás por falta de análisis, o tal vez porque ésta no deja de ser en realidad una ventaja competitiva, una competencia que aún chocando de frente con muchos de los valores más requeridos, y no siendo reconocida como una virtud, facilita la supervivencia.
En el fondo el escaqueo no es más que una derivación del engaño, otra de las capacidades que se mantienen en auge en la conducta humana y que claro ésta no se admite por propio principio definitorio.
Sin embargo, así como el engaño, la trampa, la mentira para vencer está claramente vinculada al logro y es la compensación de falta de capacidades para llegar al mismo, el escaqueo se descuelga claramente de estos objetivos.
¿Es entonces, vagancia, maldad, falta de interés, desmotivación o por el contrario la estrategia del cocodrilo?
Sea lo que sea, es conducta humana, y por tanto debe valorarse.

Si te gusta este post, no hagas nada, si crees que le puede resultar interesante a alguien, entonces pásalo.

martes, 26 de julio de 2016

Hoy os quiero contar recuerdos y aprendizaje durante un electro

Sin duda las nuevas tecnologías avanzan a una velocidad abismal y afortunadamente la ciencia y en especial el sector sanitario son grandes beneficiados. Afortunadamente además de utilizarse para cazar pokemons, la revolución tecnológica aplicada al móvil se ha utilizado para poner en marcha Apps utilizadas por médicos y profesionales para compartir conocimiento en tiempo real y aplicarlo directamente para salvar vidas o actuar en curas de urgencia con un resultado muy satisfactorio.

Aún conociendo la aplicación de toda esta tecnología, debo admitir que cuando me realizaron un electrocardiograma colocándome un móvil sobre el pecho, quedé realmente sorprendido.
No sin evitar recordar mis más de cuarenta años de electros periódicos, que me posibilitan prácticamente para realizar una tesis doctoral sobre su evolución, comenzando por aquellas pesadas máquinas, aquellas impresoras de rodillo con papel cebra, aquellas gomas que rodeaban mis pequeñas muñecas y tobillos, aquellas clavijas enormes para trasmitir los impulsos o aquellas enormes ventosas que durante años fueron evolucionando, mejorando, haciéndose más prácticas y que seguramente seguirán avanzando para facilitar la realización de esas pruebas hoy tan cotidianas.
El pararme a pensar en esa evolución tecnológica me conduce también a recordar aquellos momentos, aquellos minutos que siempre eran diferentes, siempre eran para mi de gran valor y siempre eran parte de mí, parte de otro mundo, de ese mundo de imaginación, de ese mundo exclusivamente mío.

En mi primer electro, entraba en lo desconocido, pero siendo un niño solo puedes entrar en un lugar de fantasía, quizás mis padres, observandome tomado pkr tanto cable, estaban asustados, nerviosos e intranquilos, dominados por la incertidumbre del resultado.
Yo, en cambio, estaba expectante, receptivo, abstraído por aquellos médicos de bata blanca, para mí, dioses de sabiduría y por tanto, atento, muy atento a sus explicaciones.
Lo único que conocía de aquellas pruebas es que todos esperaban que salieran bien, y por eso, quizás por eso mi máxima obsesión es hacer bien todo lo que me decían para que la prueba saliera perfecta. Esa ignorancia sobre el electrocardiograma me llevo a respirar profundamente cuando se me indicaba, a aguantar el aire, a relajarme, a estar tranquilo porque aquellos doctores así me lo pedían con voz suave y amable, haciéndome sentir el centro del universo, haciéndome responsable y protagonista de que el corazón latiera perfectamente.

Aquella respiración profunda, aquel silencio, aquel mirar mi interior intentando escuchar los latidos de mi corazón, aquella búsqueda de paz, me llevaban sin duda a un mundo dulce, calmado, como si analizara mi cuerpo por dentro.

A medida que me fui haciendo mayor, iba realizando aquellas pruebas de forma periódica, con aparatos cada vez más modernos, y sin embargo yo continuaba aprovechando aquel espacio de tiempo, cada vez más reducido, continuaba respirando y buscando mi interior, encontrando la calma, llegando a abstraerme del mundo exterior, a sentir, a oír mi interior, imaginando las conexiones entre mi cerebro, mi estómago, mi corazón, mi piel y mi alma.

Esa respiración profunda que te calma, que te enseña que todo lo que eres está ahí, sobre esa camilla y conectado a una máquina, esa calma que detiene el reloj y convierte ese minuto en infinito, y te reproduce vivencias, historias y fantasías que necesitaría miles de horas para contar.
Desconozco como ni porque el cerebro reproduce en tan poco tiempo miles de secuencias, ni como te reconduce, anula tus sentidos exteriores, desconozco como la respiración profunda, pausada y la búsqueda de tu interior te llevan a esa sensación tan extraña y a la vez tan agradecida.

Quizás ese aprender a respirar y a pensar hacia dentro me han enseñado como vivir hacia fuera, sabiendo que lo realmente importante está justo en nuestro interior.

Os ánimo a que si algún día os hacéis un electro, no os centréis en los cables, aprovechad esa necesidad de respirar en calma para encontraros.


domingo, 17 de julio de 2016

Hoy os quiero contar patrones de conducta

Si observamos detenidamente la conducta de cualquier animal, observaremos que obedece a patrones más o menos lógicos, normalmente sus actos obedecen a respuestas fácilmente justificables.
En cambio, la conducta humana, desobedece claramente a cualquier patrón y se establece entre lo absurdo y lo absurdo, para en un golpe de inspiración mágica definirnos como seres racionales.
Afortunadamente, a diferencia del resto de especies, algunos individuos salen del patrón promovidos simplemente por esa conducta de irracionalidad, abandonado el absurdo y convirtiéndose en seres extraños.

Podemos observar este tipo de conductas constantemente, en cualquier sitio, simplemente con alzar la vista, a cualquier hora y cualquier día. Comencemos por la mañana, por seguir el ciclo lógico de la naturaleza de comenzar el día con la salida del sol. No nos despierta el sol, ni el hambre, ni tan solo el haber descansado, sino un utensilio de inventor desconocido llamado despertador y que irrumpe en nuestras vidas y al que consideramos normal. De forma automatizada, como si fuera natural, nos duchamos, nos vestimos con la ropa que toca, porque claro no nos ponemos lo que nos apetece, sino lo que toca, lo que queda bien para el grupo al que nos vamos a unir después (trabajo, deporte, amigos, rural,...) Además lo que nos gustaba antes no nos lo podemos poner, porque ya no se lleva, no se lleva, ¿a dónde?, o ¿no es nuestra ropa?.

Si te asomas a cualquier parte, ves gente con mucha prisa y la mayoría con mucho sueño, y casi todos van  donde van porque tienen que ir, si algo tienen claro es que hay que ir, de eso no hay dudas.
Universidades, empresas, estaciones, aeropuertos, todo se llena de gente que va para después volver, de aquí para allá y de allá para aquí.

Os imagináis un científico observando cualquier especie animal en plena naturaleza que se encontrara dispersa por el planeta, corriendo de un lado para otro, cruzándose sin mirarse, con individuos desplazándose en diferentes direcciones tal y como lo hacemos nosotros. Alucinaría, pensaría directamente que se trata de una especie sin sentido de la orientación, sin capacidad para comunicarse, o con poca capacidad racional.

¿Por que actuamos de forma tan irracional?  ¿Es normal que nos tumbemos en la arena para torrarnos al sol en lugar de refugiarnos en la sombra y refrescarnos?

Desconozco como hemos llegado a este desorden como especie, como podemos encontrar comportamientos semejantes en lugares tan distantes y comportamientos tan contrarios o diferentes en individuos tan cercanos.

Como pasamos de actuar por nuestros instintos, por nuestros sentimientos y nuestras pasiones, para pasar a actuar por la tendencia, por la moda, por el grupo, es la clave para resolver el gran enigma de la conducta humana. En que momento dejamos de ser nosotros mismos, dejamos de pensar y actuamos por lo que en música se conoce por simpatía. Ese es el enigma, resolverlo y todo irá mejor.


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lunes, 4 de julio de 2016

Hoy os quiero contar como ser constante sin ser vencido por la monotonia

Iniciar un nuevo proyecto, ilusionarnos al descubrir nuevos horizontes, emprender una nueva aventura, son actividades que comparten un comienzo espectacular, elevado grado de motivación que nos conduce directamente a dar lo mejor de nosotros mismos, a dedicarnos plenamente, a centrarnos movidos por esa pasión que caracteriza los comienzos, esos grandes comienzos en cualquier faceta de nuestra vida.

Recuerdo horas y horas, dia tras dia, dando toques al balón, consciente que la práctica me llevaba automáticamente a superar mi record del dia anterior.
Era muy pequeño cuando incoscientemente descubrí que la constancia me llevaba al éxito, pero tambien que antes de apurar y descubrir mi máximo prefería comenzar una nueva aventura, sencillamente me aburría, la mejora ya no me compensaba y prefería ir a otra cosa. Al principio pensaba que era cosa de mi personalidad, que aún siendo la constancia una de las virtudes que me caracterizaba, aún así me faltaba continuidad para llegar al final.

Desgraciadamente, o quizas no, esa curva característica, exponencialmente creciente al principio y que va perdiendo potencia con el paso del tiempo hasta llegar al declive, esa curva aparece en la conducta humana al observar los comportamientos.

Me vienen a la cabeza innumerables ejemplos de personas excepcionalmente constantes, que tras años de esfuerzo focalizado, abandonan su empresa de forma inesperada.

Cuando hablamos de amor, se suele decir, "se ha apagado la llama".

Este simil, válido para el resto de las pasiones, nos sirve de muestra para ser conscientes, que algo pasa, que algo cambia, bien inesperadamente o de forma continuada hasta apagar ese fuego que nos mueve,  algo sucede para que el cansancio, de repente, nos supere, nos venza hasta hacernos abandonar, aburridos, desmotivados y sobre todo desconocidos.

La constancia, es una de las grandes virtudes, necesaria en muchas actividades para alcanzar el éxito, ejemplo claro es el deporte, donde el entreno nos aporta ese punto de mejora continua y el mejorar es sin duda éxito por si mismo y motor para seguir avanzando.
Podriamos decir que la mejora que nos proporciona la constancia nos retroalimenta para seguir siendo constantes.
La vida nos da vida.

¿Como pasamos de levantarnos ilusionados, de soñar, de encontrar tiempo donde no lo hay, a simplemente aburrirnos?, a ver una carga, un agobio, donde antes solo veiamos oportunidad.

Si la obsesión por la constancia nos conduce a la monotonia, podemos dar por hecho que la corriente nos arrastrará hasta la catarata y la caida destruirá nuestro sueño.

Basta con observar los resultados de cualquier deportista, para darse cuenta que la curva de mejora se va aplanando con el paso del tiempo, si la mejora es el combustible del motor de la costancia y esta disminuye, está claro que nuestro motor se acabará parando, salvo que hagamos algo.

Ese hacer algo, se llama acción, emprender, cambiar nuestros objetivos, nuestras rutinas, nuestro entorno, cambiar, cambiar y cambiar para salir de la monotonia y poder seguir con nuestra costancia, para alcanzar el éxito tenemos que ser cambiantes y constantes, no parece facil, quizas por ello el éxito hay que trabajarlo, y no un dia, sino de forma "constante"

Y ¿como llevamos estas intenciones a la realidad?

Pues aplucándolo a tus rutinas, a todas, porque todo es mejorable y sabemos que cuando empezamos y trabajamos de forma constante mejoramos sobre todo al principio, por lo que para mejorar de forma creciente tenemos que cambiar las rutinas, evitando la monotonía y buscando alicientes continuamente.


Ya, pero, ¿como?
,
Hagas lo que hagas por insignificante que sea, piensa, como lo haces, para que lo haces, cuánta felicidad te aporta , piensa en como cambiar el proceso, el método, el entorno, piensa que cambiar para ganar eficiencia, midiendolo exclusivamente en lo que te aporta respecto a lo que quieres que te aporte.

Aplica estas dinàmicas a objetivos rutinarios como leer un libroi, hacer dieta, y a objetivis complejos como tu propósito en la vida, tener familia o ganar una medalla olimpica. Pero aplica estos principios al desagregar y baja a las cosas más insignificantes pero tremendamente importantes, como tomar un café, sentarte o simplemente desplazarte, seguro descubriras y descubrir es mejorar y mejorar es la fórmula mágica para no caer en la rutina.












lunes, 20 de junio de 2016

Hoy os quiero contar algo divertido

Esta tarde me cruzaba la mirada con un pequeñajo, un bebe de esos que aún no hablan y te miran fijamente con cara de sorpresa, un simple movimiento de ojos, una pequeña mueca y provocaba su primera sonrisa, un pequeño ruido, unas muecas más y una pedorreta, suficientes para que su sonrisa se intensifique y comience a reír, con ganas de continuar, provocando con su mirada, haciéndome reír, para posteriormente soltar él una carcajada y seguir buscando complicidad, cualquier movimiento, cualquier cosa es suficiente para que el bebé siguiera riendo sin parar. Menos de un minuto y se descojonaba, sin más.

Hoy me apetece dedicar mi post a esos momentos alegres, a esas conexiones que sin saber como ni porque destapan momentos alegres, sonrisas que pasan a risas, a carcajadas y momentos especialmente alegres, momentos que inexplicablemente no buscamos continuamente, cuando sin duda sería muchos más reconfortante generar carcajadas continuamente. Seguramente hay muchos motivos que nos impiden reír continuamente, sin duda a medida que crecemos nuestro cerebro queda invadido por negatividad, problemas que generan ansiedad en lugar de risa.
No voy en este post a cargarme de hipocresía y pretender que nos partamos ahora de risa, ni que olvidemos esa rutinaria vida que nos impide carcajear de forma continua, simplemente me limitaré a recordar algunos de esos momentos, no para haceros reír, pero sí para haceros pensar, pensar en momentos similares que sin duda habéis compartido, os quiero hacer recordar para que desde el recuerdo busquéis la sonrisa, desde la sonrisa la risa y desde la risa la carcajada, reír, reír y reír hasta llorar, yo desde luego mientras escribo hoy me voy a partir.

Recordar la última carcajada es fácil, me partía esta tarde mirando esa pequeña criatura en su carrito mientras yo tomaba un simple café, sin nada más en que pensar que hacer reír a ese enano, quizás por eso el reía o quizá no, pero que más da, hemos pasado un buen rato, ja, ja, ja.

Recordar la primera vez que me partí, supongo que no seria la primera vez que me partía, pero recuerdo aquel lobo orejón de plástico duro con el que me reía cada noche hasta quedarme dormido.

Recordar épocas especialmente de risas, me viene a la cabeza aquellas tardes de patinaje, con José, cuando la que ahora es su mujer nos suplicaba mientras se petaba, nos pedía una y otra vez que paráramos, con sus manos entre las piernas, sin poder aguantarse y meándose literalmente encima.

Recordar travesuras para reír, Especialmente aquel día bajo la cama, con mi hermano, después de haber removido todo el piso para gastar una broma a nuestros padres, reímos sin parar imaginando la cara que pondrían al entrar, y se nos quitaron las ganar de reír por una temporadita cuando entraron.

Recordar atragantarse de risa, No recuerdo bien quien fue la ingenua que en aquella acampada en Boadella calentó la carne en el hornillo directamente dentro del taper, pero casi nos morimos unos cuántos, no podíamos parar de reír. Comidas interrumpidas, bastantes, para destacar alguna de aquellas en lo que ahora es el centro budista del palau Novella, cuando cambiábamos algún postre de natillas por alioli, o cuando llenábamos los porrones de vino con el vinagre.

Recordar las mejores risas trabajando. Uff, trabajando me he reído mucho, y espero seguir haciéndolo, las de mi época de hostelería dan para un libro, madre mía, pero sin duda recuerdo especialmente aquella tarde viendo una película de artes marciales, el bar vacío, entro al lavabo y cuando salgo el bar lleno de koreanos vestidos en chándal, sentados de cuclillas, parecía que se habían salido de la película.

Recordar risas con la familia No soy capaz de saber con quien me he reído más, si con mi padre o con mi hermano, vaya dos, con mi padre era día si y día también que no la liara, siempre gastando alguna bromilla para que nos partiéramos, claro que liarla, la liaba bien gorda de vez en cuando, como cuando probó la sosa caustica, pero sin duda donde nos ha hecho reír más ha sido de pintor. El día que pintó la nevera con spray, siendo yo un niño, y se le atascó el bote, suerte que llevaba gafas cuando pinchó la válvula para desatascarla, y aún reía él más que nosotros, hasta que se quitó las gafas que ya nos meábamos. Aunque aún se superó el día que pintó la terraza, descolgando con el rodillo una maceta, que caía casualmente dentro de la lata de pintura, pintándose todo el patio de forma instantánea, madre mía, me parto solo de recordarlo.

Recordar eventos. Quizás porque vamos predispuestos, o tal vez porque nos gusta pasarlo bien y posiblemente el alcohol también ayuda, en bodas, bautizos, fiestas y conciertos nos hemos despachado a gusto, puestos a recordar, recuerdo la cara de Rosa cuando le dimos la raspa del pescado y las fotos pescando en su acuario y cocinándolo en su sartén.

Recordar risas estudiando. No hay mejor forma de aprender que divirtiéndose, me vienen muchos momentos a la cabeza, muchas risas y mucho cachondeo en época estudiantil, especialmente con respuestas y salidas ocurrentes, problemas para aguantar silencio en la biblioteca.

No recordar pelis de risa. Películas de risa, hay muchas, cualquiera de ellas es buena si no puedes parar de reír, igual que monólogos y obras de teatro, pero no las recordéis, verlas de nuevo o ver otras de nuevo, es la mejor terapia para estirar y hacer trabajar todos esos músculos que se activan con la risa.

Los momentos de risa no se pueden planificar, no se pueden prever, o quizás si, busca tu risa constantemente, mantén viva tu sonrisa, procura estar alegre cada instante, no pares de reír y de hacer reír, identifica la gente que te hace reír, y sobre todo ríete, ríete hasta que no puedas aguantar más, una y otra vez.

lunes, 6 de junio de 2016

Hoy os quiero contar la relación de la bendix y el hockey hierba




Me encontraba en aquella autopista, nuevamente camino de Terrassa, parado en el arcén observando la humareda que desprendía el capó de mi R5, esperando que se enfriara para poder reanimar mi marcha. Recuerdo perfectamente la cara del conductor de la grúa que se había dirigido a mí para ofrecerme los servicios de remolque, nunca podré olvidar aquella cara de sorpresa cuando una vez se había enfriado el agua del radiador y tras limpiar el filtro del aire, con el capó levantado, cogí con la mano izquierda  el stick,  golpeando en seco y con fuerza la bendix del motor de arranque, mientras con la mano derecha giraba la llave de contacto y el motor se ponía en marcha, el ruido del mismo se mezclaba con los gritos de alegría de mis cuatro "niños", los pupilos a los que entrenaba y que como de costumbre nos dirigíamos a jugar un partido más de hockey hierba.

Prácticamente sin darme cuenta, mi vida había cambiado por completo, no recuerdo momentos de dudas, ni espacios dedicados a la toma de decisiones, y sin embargo sin planificarlo, sin saber cuándo ni por que, todo se transformó rápidamente, y de forma sigilosa, todo era diferente quizás casualmente o quizás por que el cambio me satisface tanto que domina mi conciencia.

Un par de años atrás, mi vida giraba en torno a un balón de futbol y al instituto, todo lo que me importaba estaba relacionado con el futbol, y los libros, donde mi pasión por la ciencia mantenía viva mis ilusiones, si algo tenia claro era que seria científico.

Sin embargo, sin haber tomado ninguna gran decisión, me encontré trabajando de contable, estudiando económicas y apasionado por el hockey, dedicando todo mi tiempo libre a entrenar, jugar y arbitrar hockey.

Aquella mañana en la autopista, no dudé en ningún momento que llegaríamos a tiempo al partido, de hecho ni se me pasó por la cabeza, mi pasión, mi grado de felicidad era tal, que todo lo que hacia lo hacia convencido, de forma automatizada, seguro de que era lo mejor porque era lo que había que hacer en ese momento, y si algo fallaba, antes de lamentarlo ya estaba en marcha otra alternativa.

Nunca hasta hoy había pensado como llegué allí, como pude cambiar mis pasiones sin prácticamente darme cuenta, no solo para entrar en aquel mundo, sino para salir de él, porque tampoco me planteé jamás que pudiera dejar el hockey sin darme cuenta y lo más importante, teniendo nuevas pasiones que envuelven mi mente, nuevas personas que alimentan mi alma y actividades que ocupan mi tiempo, y así una y otra vez, disfrutando al máximo de los momentos, del entorno, de la gente y siempre abierto al cambio, a vivir con intensidad y a disfrutar de lo que hago.

Tengo por costumbre planificar, marcarme objetivos profesionales y personales a medio y a largo plazo, aún sabiendo que los cambiaré, que la pasión me domina, y que por un proyecto "engrescador" soy capaz de cualquier cosa, puedo cambiarlo todo, quizás por que lo que más me motiva es comenzar nuevas aventuras, crecer personalmente a través de la experimentación, confiando en que el golpe seco del stick será suficiente para arrancar el motor, por convencimiento, por que es lo que espero, y el deseo genera la acción.


lunes, 30 de mayo de 2016

Hoy os quiero contar el dia que perdi el mes de Agosto

Aquella pregunta no entrañaba ninguna dificultad,  recuerdo perfectamente mi satisfacción inicial al leerla, y como disfrutaba mientras iba escribiendo uno por uno los meses del año, mostrándome seguro hasta llegar al mes de Diciembre para pasar rápidamente a la siguiente pregunta. Quizás por que ya a mis seis años me gustaba verificar, repasar y pensar más de la cuenta, me dispuse a repasar mi respuesta y por algún motivo me dio por contar los meses, increíblemente me faltaba uno.
No podía creerlo, yo no tenía ninguna dificultad con los meses del año, los conocía mucho antes de que la profesora los explicara en clase, y ahora me faltaba un mes.

Fue la primera vez, al menos que recuerde, que tuve  aquella extraña sensación en mi estómago, aquel fuerte hormigueo me calentaba el pecho y me secaba la boca hasta que prácticamente me mareaba al tiempo que mis ojos se humedecían por mis lágrimas.  La inseguridad se había apoderado de mí mente, mientras repasaba los meses que tenia escritos, uno por uno, sin echar en falta ninguno, siendo incapaz de avanzar, y a medida que pasaban los minutos las lágrimas y los nervios ya no me dejaban ver lo que tenia escrito y hacía imposible que pudiera salir de aquel atolladero.
Afortunadamente aquella profesora se acercó, preocupada por mi estado, y me preguntó que me sucedía. Quizás por que me vio muy mal, o quizás porque yo era muy pequeño y aquello no era más que un simple control más de primer curso, miró mi hoja, y me dijo, Agosto, te falta Agosto.

De aquel día aprendí varias cosas:
  •  Por un lado que cuando hay algo importante que mi mente no es capaz de solucionar, mi estómago reacciona con fuerza. Años más tarde conocía en clase de biología el entramado neuronal del estómago, aún hoy campo abierto de investigación científica, con grandes incógnitas por descubrir.
  • También que cualquier gran problema, el tiempo lo convierte en insignificante, porque los problemas lo son porque nos lo parecen, y es cuestión de perspectiva, por eso la mejor forma de solucionar un problema, es retirarse, separarse del entorno que lo genera y poder verlo desde lejos.
  • Que la seguridad y el exceso de confianza te puede jugar malas pasadas.
  • Que siempre puede haber alguien, que inesperadamente haga algo por ti, sin que lo esperes y sin pedírselo.

Aquella sensación se volvió a repetir en varias ocasiones de mi vida, con mayor o menor intensidad, apoderándose de mi, a veces dejándome sin aliento, bloqueando mi pensamiento, humedeciendo mis ojos al tiempo que el estómago se cierra y las piernas se debilitan, y aún sabiéndolo, tardas días en poder reaccionar, eres incapaz de retirarte para pensar y el haber vivido algo así antes  no te ayuda excesivamente a controlarlo, aunque creo te sirve para conocer que sucede algo realmente importante.


martes, 24 de mayo de 2016

Hoy os quiero contar que llevar en una travesía.

Si algo se aprende rápido haciendo travesía es el punto de equilibrio a la hora de valorar lo que puedes cargar en la mochila, a buscar aquella línea de coincidencia entre lo que realmente necesitas y lo que tu espalda puede transportar sin perjudicar la marcha. Está claro que el exceso de equipaje puede sacrificar el llegar a tu destino y que a mayor peso, menor ritmo, también que el prescindir de material necesario pone en riesgo finalizar con éxito y alcanzar tu objetivo. La climatología, distancia, altitud, tipo de terreno, y la experiencia influyen indudablemente a cargar en tu mochila exclusivamente lo necesario. Si hay una regla básica, es que siempre necesitarás agua y que posiblemente todo lo demás es prescindible.

En la vida, igualmente, el saber cargar tus mochilas correctamente te permitirá avanzar correctamente y llegar a tu destino.

Carga en una mochila todas tus cosas materiales, toda tu ropa, tu dinero,  tu teléfono, tu ordenador, tus muebles, tu coche, tu casa, tus plantas, claramente a mayor número de posesiones más dificultades para moverte libremente, recuerda que el peso que no puedes soportar en tu espalda durante el transcurso de la travesía, es peso excesivo y por tanto debes rebajarlo sacrificando lo que no necesitas. La regla básica es prácticamente la misma, siempre necesitarás agua y posiblemente todo lo demás es prescindible.

Casi nadie se plantea cual es su travesía en la vida y donde quiere llegar, sin embargo carga en su mochila todo lo que puede, es más, centra su vida y su lucha en incrementar su equipaje. 
Nuestra cultura nos lleva a ser propietarios, es más se valora  a las personas exitosas por sus posesiones, por lo que es suyo, independientemente de si lo utiliza, o lo disfruta.

Carga en tu mochila aquellas cosas inmateriales que puedas necesitar para tu travesía, amigos, familia, sentimientos, pasiones, ilusiones,  recuerda que estas cosas también pesan y que si cargas excesivamente tu mochila, tampoco podrás avanzar y también quedarás agotado sin llegar a tu destino, planifica que quieres, donde quieres ir, que puedes dejar atrás sin poner en riesgo tu supervivencia y tu felicidad, y con esa mochila, poco pesada, pero nunca vacía, VIVE.

Recuerda que tu eres quien debe decidir que llevar en tu mochila, que es lo necesario y que es lo prescindible, recuerda también que a mayor peso, menor ritmo, y que el prescindir de según que, pone en riesgo alcanzar tu destino.



lunes, 16 de mayo de 2016

Hoy os quiero contar el valor de los valores

Era, sin duda un renacuajo, cuando oí por primera vez el nombre de aquella mujer que había venido a visitarnos, quizás la había visto antes, pero nunca había deparado en su nombre, quizás porque yo estaba mucho más interesado en mis indios que en la gente que venia a visitarme.
Aquel día, sin embargo, no puede contener mi curiosidad de preguntar, ¿ Digna es un nombre?, mi abuela me puso la mano en la cabeza mientras me decía; " Dignidad, su nombre es Dignidad. No olvides nunca ese nombre, cuando seas mayor será importante que lo recuerdes y sepas bien su significado".
Aquel día pasó y seguí con mis juegos, mi cole, mis amigos, mi balón, y mi colacao durante unos cuántos años hasta hacerme mayor.
Casualmente, o quizás no, mi primer trabajo me vino recomendado por aquella mujer, doce años más tarde me iniciaba en el mundo laboral, simplemente por que ella, en agradecimiento a mi familia, se había acordado de mí al ver una vacante en la empresa donde ella prestaba sus servicios de limpiadora.
Para entonces, estaba a punto de realizar los exámenes de la selectividad, y el significado de dignidad aparecía con fuerza en clases de filosofía y en latín. Posteriormente me encontré con el vocablo dignidad vinculado a las personas como eje central de toda una declaración de derechos humanos. Mi abuela, que no había ido al colegio y que podía haberme contando cualquier chisme a mis cinco años, me marcó el camino, un camino que poder seguir libremente, el de vivir y crecer como una persona digna. Su origen, y su significado de valioso,  convierten, desde mi punto de vista, la dignidad no en un valor importante, sino en el valor. Al final no es más que su significado, por tanto, me lo apropié como el valor de los valores, aquel que aparecerá como mediador ante cualquier crisis o confrontación ante una decisión donde haya conflicto de intereses, dudas entre lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto.

Que mejor decisión ante un dilema, que actuar libremente con dignidad.

Que mejor ejercicio para el descanso de tu conciencia que actuar con dignidad, dando valor a tu persona y valorando al resto como lo que son, seres humanos.

Hoy en día, puedo entender muchas de las actuaciones de personas de mi entorno, de ese mundo lleno de tramposos, de los que conviven con la corrupción, delincuencia, faltas de respeto, odio hacia los demás, puedo entender lo que no comparto, soy consciente que al igual que yo, muchos son libres de elegir otro camino, de elegir otros valores y vivir sin dignidad justificando lo injustificable, allá ellos con su conciencia. Lo que si me preocupa, y cada vez más,  es que se ataca la dignidad de los demás, porque hay gente muy valiosa, que no puede seguir su camino.




miércoles, 11 de mayo de 2016

Hoy os quiero contar historias de un superviviente

Hoy he querido brindar un homenaje a uno de esos ciudadanos de a pie, de esos que pasan desapercibidos para las grandes masas, que mantienen intactos sus valores y que han sobrevivido desde la humildad, aprendiendo y formándose como persona a través de la experiencia, sin medios ni posibilidades, sin conocer la universidad, pero que acaban siendo catedráticos de la vida.
La primera vez que coincidí con él estaba construyendo la que posteriormente seria su casa, aunque ejercía de camarero, su profesión anterior había sido albañil, aunque no la única.
Mi padre siempre me había hablado de él como el mejor talador,  jefe de colla en la extracción del corcho. Sin duda, los que le conocemos más a fondo destacamos como una de sus principales capacidades su habilidad disparando, quizás su desconocimiento de los canales de promoción, la falta de acompañamiento o tal vez su falta de ambición, le llevaron a priorizar su amor por la familia y  no le acercaron al mundo del deporte y a la alta competición. Su falta de recursos económicos derivaron en que jamás se planteara el tiro como un posible medio de vida, él había aprendido a disparar sabiendo que no podía permitirse fallar, no tenia margen de error, necesitaba tener éxito para que su familia pudiera comer y esa necesidad le había convertido en un tirador excepcional. Ya de bastante mayor, le vi desbancar a un campeón de Europa en una tirada al plato en las fiestas populares, los dos hacían pleno en ambas rondas, mostrando una gran diferencia en cuánto a su forma de afrontar la competición. Mientras el joven campeón disparaba su segundo tiro al trozo mayor en las ocasiones que acertaba en el primer disparo, él alargaba el tiempo antes de disparar, asegurándose para no fallar, tal y como tenia interiorizado, acostumbrado a no malgastar una oportunidad y a ahorrar munición.
El Tira le llaman sus amigos, sus familiares y la guardia civil, en tiempos difíciles fue furtivo, también guarda forestal, talador, campesino, comerciante, distribuidor de medicamentos, concejal, emigrante, camarero y albañil entre otras profesiones que ha desarrollado para sobrevivir, pero si algo le caracteriza es que ha sido un gran maestro. Cualquiera que le haya conocido, seguro que ha aprendido algo. Hoy que he decidido homenajearle con este modesto post, quiero recordar principalmente la época que compartí con él, siendo yo un niño en la finca de Navamuelas, donde aprendí aquello que no está en los libros, reforzando mis valores y reforzando mi autoestima.
Con algo menos de once años aprendí de su mano a madrugar y ganarle la partida al sol. Ver amanecer es muy enriquecedor, pero desde que clarea hasta que el sol despunta, la naturaleza se está despertando, es más fácil cazar, pero también es la mejor hora para bañarse, para encontrar setas, para ordeñar, almorzar huevos recién cogidos o para hacer pan, la calor no molesta y hasta el viento parece que descansa.
De su mano aprendí a caminar en silencio, a observar, a tener paciencia, y a base de perderme incluso llegué a aprender a orientarme. Conseguí a diferenciar cada uno de aquellos cerdos, aprendí el nombre de cada una de aquellas gallinas que el primer día parecían iguales. Aprendí sobre todo que las necesidades no son reales, que las creamos nosotros. Jamás pensé que pudiera estar dos meses en plena naturaleza, aprendiendo y disfrutando sin mi balón de futbol, sin mis patines y sin mis amigos, aprendí que para ser feliz, se necesita muy, muy poco, o quizás mucho, salud, agua, amor de la familia y creatividad.
Pero también me enseño una sencilla receta de cocina, que hoy os quiero plasmar aquí, para que sepáis como es una persona sencilla, creativa y práctica.
Basta con que cojáis un pimiento rojo bien grande, cortéis la parte superior, y lo vaciáis.
En su interior introducís una codorniz limpia, añadiendo algo de sal y un poco de mantequilla, colocáis de nuevo la parte superior, cerrando totalmente el pimiento. Se coloca al horno, fuego medio 20 minutitos y tal y como un día el Tira me dijo, no sabrás que está más sabroso, si la codorniz o el pimiento.

Buen provecho

martes, 3 de mayo de 2016

Hoy os quiero contar donde te enseñan a ser feliz.

Me encontraba aquella mañana totalmente receptivo, con todas mis neuronas activadas, con el único propósito de observar y no perder detalle para captar el máximo conocimiento posible, consciente de que se trataría de una jornada intensa y especialmente enriquecedora.
Aquella mañana me había levantado para aprender, si, ciertamente ese era el propósito de aquella jornada, observar y aprender, aprovechar al máximo aquella práctica de navegación. Quizás porque estaba realmente predispuesto, o porque el entorno favorable me transforma, quizás porque hay días en que todo lo magníficas o quizás porque es cierto que se ve más cuando se mira y se oye más cuando se escucha atentamente, o quizás por alguna otra causa, aquel día se transformó en un nuevo punto de inflexión.
Algo de náutica aprendí aquella mañana, sin duda; seguridad, maniobras, orientación, nudos, terminología, mecánica... toda una concentración de teoría y práctica, lo que se conoce como un master acelerado.
Aprendí indudablemente sobre navegación, pero si algo aprendí realmente fue una lección sobre la vida, una lección que me ha acompañado desde aquel día.
Me sorprendió ver aquella joven patrón como alguien que ante todo creía en ella misma, que había transformado su pasión para crear  un medio de vida, una auténtica profesión, que además vivía con entusiasmo, con ilusión y transformaba lo que podía ser una simple jornada de trabajo en un autoaprendizaje para crecer profesionalmente y sobre todo priorizando lo importante, hacer lo que te gusta para así ser feliz, priorizando esta verdadera esencia por encima de cualquier otra.

Aprendí que lo más importante de cualquier profesión o cualquier actividad que realices es que te apasione, porque vivir con pasión te hará feliz.

Aprendí el valor de compartir un café en una fría jornada de invierno con aquella patrón que se mostraba feliz tras observar el vuelo de un collverd, valorando las cosas sencillas, sin grandes pretensiones y adaptándose al medio para sobrevivir.
Descubrí como alguien que yo veía con un enorme talento manejando aquel velero, idolizaba a aquellos "abueletes" que ya salían de su baño matinal en la Barceloneta a pesar de ser el mes de Febrero.
Mientras yo quedaba sorprendido observando la facilidad con la que realizaba un ballestrinque o un as de guía, descubría como se puede enseñar desde la modestia, evitando el protagonismo y dando ejemplo de como se puede vivir amando lo que haces.
Si algo descubrí aquella mañana fue a alguien con talento, que trabajaba en algo que le apasionaba, que vivía intensamente y con pasión hasta el último detalle de lo que hacia y que no tenia ningún reparo en compartir todo su conocimiento. Alguien que podía valorar el frescor del viento, expresar la belleza de un paisaje, soñar con navegar entre el hielo, explicar con entusiasmo cada detalle, cada anécdota, preguntando y mostrando interés por ayudar y enseñar. Alguien capaz de agradecer a la naturaleza formar parte de ella.

Recuerdo varias anécdotas y una gran lección:

Cualquier cosa que no funcione, posiblemente puedas arreglarla tú, quizás no lo consigas, pero antes de desistir esta la opción de probarlo y la satisfacción de lograrlo.

Desde aquel día, he intentado sin éxito, una y otra vez, he aprendido a base de probar, siempre desde la prudencia, desde la modestia, velando por la seguridad, pero probando para resolver, sin desistir en mi empeño.
Desde aquel día, he intentado compartir mi conocimiento, amando lo que hago, muy consciente de que todo aquello que no sea capaz de compartir, desaparecerá.

Desde aquel día valoro el café  no por su sabor, no por su intensidad, sino por su sabiduría, la sabiduría del compartir.

lunes, 25 de abril de 2016

Hoy os quiero contar un segundo aprendizaje

No hay nada mas gratificante que  la experiencia de ver nacer a tu hijo, o si?

Tuve el privilegio de asistir al nacimiento de mi primera hija y vivirlo intensamente, disfrutándolo cada segundo, descubriendo esas emociones, esas sensaciones que nadie te puede enseñar, que no puedes aprender en los libros ni en los documentales y que solo la propia vivencia te puede ilustrar.
Quizás por ello, por haber experimentado, me mostraba confiando aquella noche, junto a su madre, mientras esperaba el nacimiento de mi segunda hija.
Ya no me enfrentaba a lo desconocido, y aunque mis emociones eran muy similares, el seguir las pautas, el haber vivido ya aquella situación me daba cierta ventaja para controlar mis emociones y poder saborear de otra forma aquella maravillosa experiencia. Me mostraba seguro, al lado de mi pareja, tranquilizándola y tratando de transmitir cualquier energía que le redujera el dolor e intensificara la alegría que el dar a luz produce. Jamás podremos sentir lo que siente una madre, que convive durante el embarazo con su hijo dentro de sus ser, evidentemente ese sentimiento es incomparable y por mucho que queramos vivir el nacimiento de un hijo con nuestra pareja, sencillamente la vivencia es muy distante, años luz.
Siguiendo las pautas y el orden establecido había llegado el momento decisivo, aquel momento en que esa nueva criatura abandona el interior de su madre para aparecer en otro mundo, en ese nuevo universo de luz, secuencia que tenia más que memorizada al tratarse de mi segunda hija y al igual que un piloto memoriza para siempre un circuito, yo tenia de forma automatizada cada secuencia del que seria el segundo parto. Me creía un padre experimentado y por ello estaba confiado, el conocer, el saber, te da confianza y seguridad.
Recordaba sus llantos nada más abrir los ojos, aún sin haber salido totalmente del interior de su madre, y estaba deseando que pasara otra vez lo mismo, deseoso de ver a su hermana  abrir los ojos mientras su madre me apretaba fuertemente la mano. Sin embargo, toda la seguridad se desvanece, cuando el conocimiento y el saber te encienden la alarma, porque sabes que aquellas no son las secuencias, que aquellas no son las curvas de tu circuito si la comadrona deja de sonreír, que todo son prisas inexplicables y que en pocos segundos ves como nuestra hija viene a este mundo y que el único sonido que percibes son los pasos de los asistentes mientras se la llevan rápidamente del alcance de tus ojos y pasas a oír a su madre gritar, que pasa, mi niña, mi niña, mientras tratas de agudizar tu oído para escuchar a través de las paredes, esperanzado en oír un llanto que te deje respirar.
Segundos que no sabes controlar, mientras su madre esperaba que le colocaran su hija encima de su pecho, mientras yo esperaba la secuencia de ver la alegría de su madre tras colocarle su bebe y poderlo observar, mientras tienes programado un minuto de felicidad, te encuentras el desconcierto, y te limitas a escuchar, a escuchar y no poder oir nada mientras tu desesperación te corroe y la flojera de tus piernas se intensifica,  motivado por el conocer "que pasará" por haberlo vivido antes.

Es por eso que a veces, el tener experiencia, tampoco  es que sirva de mucho, te da seguridad y confianza, pero también te trae relajamiento y desconcierto ante lo imprevisto.

Fueron unos minutos muy largos, los más largos de nuestra vida, donde no te derrumbas por transmitir fuerza a quien más lo necesita, a quien ha estado nueve meses con ella en su interior esperando ese momento, y por muy débil, por muy trastocado que te encuentres, en ese momento solo puedes transmitir confianza, seguridad, esperanza y positivismo, porque sabes que en ese momento por muy grande que sea tu dolor, por muy grande que sea tu desesperación, sabes que la suya es aún mayor.
Afortunadamente aquel servicio médico solucionó aquel imprevisto y en un par de minutos pudimos oír llorar a nuestra hija,

Puedes superar cualquier momento de incertidumbre, controlar tus miedos, superar tus emociones y transformar el peor momento hasta recuperar el control de la peor situación si tienes a alguien por quien debas hacerlo.

lunes, 18 de abril de 2016

Hoy os quiero contar Tic, tac, tic, tac

Cuando era niño me encantaba dormir mientras mi padre me rascaba tranquilamente la espalda, disfrutaba saboreando un helado mientras se iba derritiendo lentamente, pasaba horas viendo como el fuego de la chimenea iba consumiendo los troncos o me quedaba embobado durante horas escuchando el sonido de la lluvia.
Ahora es extraño el día que alguien no me manifiesta que le falta tiempo, agendas a tope, excesos de trabajo, problemas de tráfico, prisas, prisas, prisas, imposible poder estar, agobio por llegar tarde, tareas pendientes...

¿Falta tiempo?

Pues no, el tiempo, está. Estaba cuando era niño y está ahora.

Si quieres ganar tiempo yendo más deprisa, si quieres ganar tiempo para poder hacerlo todo, si buscas tiempo para completar lo que falta, no lo encontrarás, y no solo eso, te faltará más, te faltará el tiempo más valioso, tu tiempo, el que tenias cuando niño y que has dejado atrás, tiempo para tomar un café con un amigo, para disfrutar de una cerveza fresquita, para correr por la orilla del mar, para querer, para amar, para escuchar, para reír, tiempo para jugar, para escuchar el viento, oír cantar a los pájaros, tiempo para jugar.

Párate, mira atrás, piensa, prioriza, deja de imitar a los demás, deja de correr para no ir a ningún sitio, porque.., ¿te has preguntado a donde vas?,
tanto correr y no sabes por ni para qué, solo corres porque tienes prisa.

Y recuerda,

El tiempo está, siempre ha estado.

Entretente tranquilamente con tus hijos y sus peluches, escucha a esa viejecita en la cola de la panadería, visita a ese amigo enfermo, pasea con tus padres, comparte con tus amigos, disfruta de tu mascota y dedica el día a observar, párate, planifica tus actividades, y realízalas, las tuyas.
Deja todo lo demás.

No malgastes el tiempo en convencer a los demás, a imponer tus ideas, no dediques ni un minuto a enojarte.

No es tan complicado, recuerda que lo hacías cuando eras niño.

Si realmente no encuentras tiempo para ti, si crees que es por tu trabajo o por tus obligaciones, no busques más tiempo, no lo encontrarás, lo que tienes que hacer es dejar de buscar y encontrarte a ti.


martes, 12 de abril de 2016

Hoy os quiero contar algo especial

Allí estaba, desbordante de energía,  mostrando toda su belleza contenida, invitándome a formar parte de ella.

Había aparecido de la nada, inesperadamente y no, curiosamente cuando esperas algo así y sientes que es el momento, el olor del mar se intensifica, puedes oír por debajo de tu frecuencia, se te anuda el estómago y todas tus sensaciones se fusionan, cuando aparece, sabes perfectamente que es tu momento, no puedes pensar, te elevas como en un sueño y te dejas arrastrar por su fuerza y saboreas cada instante o asumes que no estás preparado, y contrario a tu deseo retrocedes y contemplas su belleza  mientras respiras intensamente sabiendo que desaparece para siempre, sabiendo que no volverá y que tampoco podrás jamás olvidar un momento así.

Las olas no vienen para quedarse, duran muy poco si las observas, las has de coger para que se hagan eternas, para vivirlas intensamente y perder la noción del tiempo alimentándote de su fuerza.

El resto de maravillas, personas y experiencias tampoco aparecen para quedarse eternamente, si te limitas a observarlas, las verás pasar rápidamente ante tus ojos, cuando tienes la oportunidad de vivirlas, de parar el reloj si las vives intensamente mientras tus emociones te superan.







lunes, 4 de abril de 2016

hoy os quiero contar algo diferente.

De repente todo se detuvo, todo mi alrededor era increíblemente inexplicable, nunca había visto el mar pararse como aquella mañana, el viento desaparecido, quizás el tiempo se paró o quizás no, pero la calma de aquel momento se introdujo en mi interior, se apoderó de mi, pude escuchar el silencio. Mirara donde mirara únicamente había paz, tranquilidad, el mundo se había parado y yo con él, disfrutando de aquel momento, desaparecido, inhibido y mentalmente abstraído por aquel entorno. Podía ver, oler y sentir la paz mientras que el silencio ganaba espacio y se hacia cada vez más presente, el ruido del silencio es inolvidable.

Añoro ese ruido de vez en cuando, y trato de recordarlo cerrando los ojos y apoyando mi espalda sobre el muro mientras camino, sobre ese muro que no voy a escalar, prefiero intentar escuchar el silencio consciente que mientras avanzo me alejo y cuando me detengo me retraso.

Sueño con que los muros desaparezcan y que el tiempo se detenga, poder saborear la calma, ver desaparecer el viento, embobarme contemplando indefinidamente el ruido del silencio mientras me quedo quieto observando como la deriva me desplaza a mi destino.

La acción, solo tiene sentido si te conduce a llegar a ti, a la esencia de tu ser.

Si no es así, es mejor detenerse, analizar, descansar y esperar que venga hacia ti, que se acerque lo suficiente para sentir, para oler su presencia, poder trazar de nuevo el camino que te conduce hasta allí, a ese lugar donde se tocan los sentimientos, se ve la felicidad y se oye el silencio.










lunes, 28 de marzo de 2016

Hoy os quiero contar sobre el perfeccionismo

Al finalizar las clases solíamos adentrarnos en la arboleda de cipreses que lindaba con nuestro colegio, nuestro interés por la naturaleza y aquel entorno aislado donde la fantasía marcaba nuestras prioridades, hacían de aquel pequeño grupo de árboles se convirtiera en nuestro "pequeño universo". Conocíamos cada uno de aquellos árboles imperfectamente alineados y las especies de pájaros que en él habitaban. Recuerdo especialmente mi admiración por aquellos nidos tan perfectamente construidos, mi admiración por aquellos pequeños chamarines que eran capaces de combinar los distintos materiales realizando un trabajo merecedor de una mención honorífica, si más motivación que la propia supervivencia de la especie y sin más sabiduría que el propio ADN, sin más formación que el propio aprendizaje. Cada especie de pájaros realiza el nido de una determinada forma, con una huella de identidad determinada, sin antes haber visto realizar ninguno y en cambio un nido de chamarines es prácticamente igual en Lérida que en Cádiz, curioso, no???.
Esta admiración por la perfección, por el interés en considerar un trabajo finalizado cuando realmente lo está, en superponer la perfección al coste y al tiempo, esa fijación por hacer las cosas lo mejor posible, me ha llevado en admirar a ese colectivo de personas denominadas perfeccionistas y a veces menos eficientes. En este mundo tan poblado hay mucha gente realmente admirable, capaces de realizar obras y trabajos impresionantes, de hecho no paramos de sorprendernos día tras día al descubrir personas realmente excepcionales.
Hoy sin embargo quiero pararme en un hecho que me sorprende del trabajo de todos estos maestros de la perfección y de sus resultados individualmente excelentes y grupalmente nefastos. En mis paseos por la zona próxima al Aeropuerto de Barcelona pude observar durante años la transformación del entorno al construir la nueva pista, y mi admiración por el talento me llevaba a admirar el resultado del trabajo de muchísima gente que hacen posible el intenso tráfico aéreo, desde la fabricación y puesta a punto de los aviones, pistas, iluminación y la construcción de todas y cada una de las instalaciones. Recuerdo cuando vi levantar la torre de control de la nueva pista, una obra de arte inmensa, donde seguramente un gran número de "excelentes profesionales" han contribuido a su construcción. Un diseño admirable, formas redondeadas perfectamente alineadas, la alineación de cada una de las piezas. Estoy convencido que aquellos obreros que levantaban la torre median y controlaban cada pequeño detalle para conseguir cumplir con los planos, mantener los ángulos, los niveles, las formas e inclusos los colores del diseño. Seguro que los cristales fueron adheridos con la máxima profesionalidad y fabricados con materiales perfectamente estudiados para soportar las rachas de viento y la salinidad generada por la proximidad al mar. No tengo duda de que cientos de profesionales velaron por realizar su trabajo para alcanzar la excelencia en aquella torre de control. Y sin duda lo consiguieron, el ingeniero hizo unos planos excelentes, el constructor realizo la obra perfectamente, el cristalero culminó con éxito el trabajo encomendado, las instalaciones, escalera, aislantes, todo rozó la perfección, al igual que el edificio contiguo donde se ubican todas las terminales del aeropuerto y transitan miles de personas diariamente.
Todos los trabajos se realizaron de forma individual de forma excelente, sin embargo la torre no llegó a inaugurarse, está cerrada y se tuvo que construir otra, de peor diseño y de forma precipitada, el edificio contiguo impide visualizar la pista desde la torre, sorprendente, pero cierto.

Una construcción impactante realizada por excelentes profesionales y nadie se percató que desde la torre de control no se podía visualizar la pista de aterrizaje.

Simplemente se perdió el foco, se perdió la visión global, cada profesional se ocupó de su parcela y ninguno de ello veló por el sentido de la obra que construían. Lo peor es que cada uno de ellos está satisfecho con el trabajo realizado, no se sienten culpables, no fue culpa suya.
Seguramente se puede valorar económicamente el impacto, pero y en unidad de satisfacción personal, ¿seriamos capaces de valorarlo?

Quizás si viviéramos en una sociedad donde no fuera necesario justificarnos de forma individual, cada uno admitiríamos que hemos construido una verdadera chapuza, entre todos.
Quizás algún día dejemos de valorar lo que hacemos individualmente y nos enorgullezcamos de lo hemos realizado de forma grupal.
Ese día, claro está, nos sentiremos mal, porque continuamente nos sentimos avergonzados de todo lo que vemos que hacen los demás y que además no entendemos;
guerras, insolidaridad, delitos, injusticias, odio, estafas, mentiras,  son algunos ejemplos, sin embargo cualquier acción realizada por los humanos es una acción realizada por nosotros, nos guste o no.

martes, 22 de marzo de 2016

Hoy os quiero contar técnicas de gestión del tiempo

Sin duda una de las asignaturas pendientes de muchos de los grandes profesionales que he conocido es la administración y la gestión del tiempo.
A pesar de la amplia oferta formativa que podemos encontrar al respecto, es difícil dar con la fórmula mágica que nos erradique este problema tan generalizado. La necesidad de mejorar esta competencia es una constante en las valoraciones y en los planes de mejora de la mayoría de las organizaciones.

¿ Realmente tenemos un problema de gestión del tiempo tan extendido en la  mayoría de las organizaciones ?

Sinceramente, creo que no.

Es cierto, que no nos da tiempo a realizar todas las tareas con un nivel de calidad elevado y que cuando nos acercamos a un nivel óptimo y eficiente nos pasa factura alguna parcela donde nos hemos relajado. De hecho la distribución entre lo personal y lo profesional ya nos plantea la primera y gran cuestión de distribución y gestión de nuestro tiempo para mantener un equilibrio que no afecte a uno de nuestros dos grandes bloques, el personal y el profesional.

A medida que mejoras a nivel profesional, necesitas más tiempo para alcanzar la excelencia, pero lo mismo sucede si mejoras en tus áreas no profesionales, si mejoras tu vida personal, a medida que eres más feliz, también necesitas dedicar más tiempo para realizar lo que realmente quieres.

¿Cómo gestionas todo esto?  ¿Dónde está el punto muerto? ¿Cómo priorizo?

Cansado de darle vueltas a este tema y de probar diversas metodologías, sin saber bien porque, me decidí un día a pararme para analizar esta cuestión, centrarme en lo que para muchos es la competencia clave de grandes profesionales. Pensé que lo mejor para resolver un problema es tratarlo de forma científica y me animé a plantearlo como un problema matemático, al final el tiempo es una cuestión que se estudia en clase de física, no es economía, ni derecho, es física y por tanto la solución se debería resolver matemáticamente.

No os voy a exponer la resolución matemática de la gestión del tiempo, no tuve que hacer logaritmos, el tiempo no es modificable, por tanto si nos falta tiempo es exclusivamente por un motivo, la capacidad de resolución es inferior a la necesaria. Dicho en lenguaje de la calle, somos lentos para hacer tantas cosas con la calidad deseable.

A pesar de que el tiempo no es modificable, insistimos en modificarlo, ¿y que hacemos?,

Pues un simple trasvase , es decir, sacrificamos unas actividades a cambio de otras, y a medida que mejoramos, queremos abarcar más y sacrificamos otras y así de forma sucesiva hasta que alcanzamos el caos porque hemos sacrificado tantas actividades que ya no distinguimos las prioritarias de las importantes, las voluntarias de las impuestas, las necesarias de las básicas, total que creamos un pupurri y tenemos tantas cosas pendientes, que lo único que sabemos es que nos falta tiempo, y además cada vez nos falta más.

Pues bien, tiempo, no nos falta, porque el tiempo, está, siempre ha estado ahí, avanzando lentamente, segundo a segundo.

No busques tiempo para hacer las cosas pendientes, averigua lo que te importa realmente y hazlo, tiempo precisamente es lo que te sobra, lo que te falta no es tiempo, sino valentía para hacerlo, valentía para hacer lo que realmente deseas y valentía sobre todo para dejar de hacer lo que te ocupa.

Esto cambiara, algún día, de repente, sin aviso, te quedarás sin tiempo, pero ahora, ahora lo tienes todo y como gestionarlo lo decides tu, solo tu.

Desmenuza todo lo que tienes que hacer, todo, lo profesional, lo personal, lo urgente, lo importante, lo que es voluntad tuya y lo que no,  retrocede y enfócalo desde la perspectiva contraria, céntrate en dejar de hacer todo aquello que pueda hacerse otro día, todo aquello que pueda hacer cualquier otro, deja de hacer todo aquello que no sea lo más importante, elije solo hacer una cosa, exclusivamente, aquello que te proporcione la mayor satisfacción, aquello que deseas hacer realmente, independientemente de su dificultad, dedica tu tiempo a elegir y no a realizar actividades que no te aportan nada, abandona la rutina, haz una cosa, hazla bien, disfrútala, las demás ya se harán, o no, si eliges bien nunca te faltará tiempo.






lunes, 14 de marzo de 2016

hoy os quiero contar ovejitas

Cuando era pequeño, recuerdo algunas noches que al irme a la cama, mi abuela me decía:
 "a contar ovejitas"
cerraba los ojos visualizando un rebaño de ovejas, siempre aparecía un simpático perro correteando a su alrededor y de repente me despertaba por la mañana y nunca recordaba si había ni siquiera comenzado a contar las ovejas.
La verdad siempre me he caracterizado por ser de sueño fácil.
Es probable que algún día esto cambie y tenga que medicarme para poder dormir, pero sinceramente creo que como seres humanos hemos sobrepasado los límites de la regulación y el absurdo con la excusa de que somos una especie de inteligencia superior, que sin duda lo somos, pero tanto que estamos desprogramando nuestro propio organismo aún siendo éste de una perfección casi sublime.

En el ranking de productos farmacéuticos más utilizados figuran sin duda los destinados a conciliar el sueño, diversos compuestos químicos son utilizados para poder dormir de forma habitual. Nuestra evolución y gestión de la inteligencia nos ha llevado a este punto que consideramos normal.

Desconozco como la ciencia ha podido evolucionar hacia este punto, a fabricar productos para conciliar el sueño, cuando nuestro organismo está perfectamente programado para dormir como mecanismo para descansar, ahorrar energía y forzar nuestra recuperación. La evolución como especie nos ha ido adaptando además durante miles de años para hacer coincidir de forma automatizada dicha recuperación a través del descanso coincidiendo con la falta de luz solar, sencillamente porque como especie animal nuestra actividad disminuía con la noche. El resto de animales continúan con su programa de descanso perfectamente activado y en cambio nosotros tenemos problemas para conciliar el sueño. Mientras sucede esto los científicos, increíblemente generan fórmulas complejas para solucionar este problema mediante fármacos mientras que el resto de las especies que nos rodean lo solucionan sencillamente no cambiando nada, durmiendo para descansar.

Hace millones de años, comíamos cuando teníamos hambre, dormíamos cuando teníamos sueño y hacíamos pis cuando tocaba. Ahora comemos cuando una máquina inventada por nosotros marca la hora de comer, dormimos cuando la norma establecida dice que toca dormir y hacemos pis en el descanso correspondiente a nuestra jornada, (si podemos), sencillamente absurdo.
Podría seguir con miles de ejemplos de todo lo que hacemos día tras día durante toda nuestra vida.

Si no tienes sueño, puedes contar ovejitas para dormir, medicarte o sencillamente hacer cualquier otra cosa y dormir cuando el sueño se apodere de ti, claro que igual tu agenda no te deja, que pena, porque el resto de animales no tienen agenda ni más control horario que la propia naturaleza y su instinto, pero claro nosotros estamos un peldaño por encima y ahora no somos capaces ni siquiera de dormir tranquilamente.

Comencemos por el principio y posiblemente recuperemos nuestra esencia, comamos cuando tengamos hambre, durmamos cuando tengamos sueño, riamos cuando estemos alegres, lloremos cuando estemos triste, y sigamos avanzando en esta línea para conseguir hacer lo que realmente queremos y no lo que debemos o creemos que es lo correcto.

Nos queda mucho camino por recorrer para recuperar ser lo que éramos, seres humanos, hemos caminado mucho en otra dirección y además nos hemos perdido, pero por mucho que pretendamos otra cosa, somos sencillos, al final somos felices solo cuando recuperamos algo de nuestra esencia y realizamos actividades básicas, nos sentimos felices cuando descansamos, comemos, reímos, amamos o incluso cuando lloramos.

domingo, 6 de marzo de 2016

Hoy os quiero contat que es valioso y que no

Los que me conocen un poco más ya me han oído decir en innumerables ocasiones que
las cosas realmente importantes no se pueden comprar.
Afirmación que la muerte, los sentimientos o los problemas de salud nos acaba reafirmando claramente. En cambio, también debemos valorar comentarios en contra como "para mi una casa es importante" o "la comida es importante".
Podríamos debatir ampliamente que es importante y que no, y hasta que punto el valor de ciertas cosas es el precio, o dicho de otra forma, que cosas importantes podemos comprar.
Podemos ver como nuestro concepto de "valor" nos acerca o nos conduce a los valores que nos mueven como persona.
Sin duda, en una sociedad "avanzada" y consumista, es difícil, por no decir imposible desmarcarse totalmente del valor económico que tiene cubrir algunas de nuestras necesidades, y entre ellas algunas básicas. Otra cosa es nuestro orden de prioridades y la pérdida o más bien la falta de rumbo que en ocasiones nos impide valorar lo realmente importante.
No deberíamos olvidar, que estamos de paso, es decir, un día vinimos a este mundo y otro nos iremos, y en este segundo viaje, no llevaremos maleta, lo único que se quedará con nosotros será nuestras experiencias y nuestras vivencias.
Busquemos el equilibrio para estar lo mejor posible, pero no perdamos el norte, evidentemente es importante comer y tener donde refugiarnos del frio y poder descansar, pero no olvidemos que somos seres vivos, de la especie animal.  Puedo admitir como bueno el sistema organizativo que hemos creado, a diferencia del resto de especies que conviven con nosotros, pero no por ello debemos anteponer el valor inventado al valor real. El precio del oro puede ser superior al precio del agua, pero si algo os puedo asegurar es que el valor del agua es muy superior al valor del oro.

El agua es necesaria, y el oro no tanto y el valor es el que le hemos querido dar.

Ahora, importante, el oro está claro que no lo es, pero ¿y el agua?, ¿es importante?
Para mi, importante, es aquello, que me hace pensar, a lo que dedico mi capacidad intelectual, mi pensamiento, por tanto el agua, de momento es necesaria, no importante, y el oro, ni necesario, ni importante.
Hay quien dedica su pensamiento a bienes materiales, como joyas, coches, ropa y de ahí que no entiendan que las cosas importantes no se puedan comprar. Es por ello que prefiero hablar de las cosas realmente importantes.
A veces hay que pararse y dedicar un poco de nuestro tiempo a saber quienes somos, donde estamos y a donde queremos ir, a partir de ahí veremos con claridad que es y que no es importante para nosotros. 
Y sobre todo sin olvidar que dependemos de que el azar apague la vida en cualquier momento.

El ver salir el sol, oír el sonido del mar, o poder observar las estrellas sin tener la mente ocupada en otras cosas son algunas de las cosas importantes para mi. La compañía de mis amigos, el compartir experiencias con mi familia, aprender, reír, amar y descubrir son vivencias muy importantes.
Sin duda entre lo importante esta soñar, soñar despierto y actuar para hacer los sueños realidad, para vivir guiado por los nervios del estomago, buscando el equilibrio entre la razón y el corazón y procurando que el sentido de la responsabilidad no nos impida avanzar.
Hasta hoy no he pensado nunca que algo importante se pueda comprar o se pueda alcanzar con el engaño.



lunes, 29 de febrero de 2016

Hoy os quiero contar estrátegia de equipo

Mi pasión por el deporte y mi persistencia me habían servido para convencer a la dirección del colegio a participar en aquellos juegos escolares y ahora me encontraba allí, en aquel vestuario para afrontar nuestro primera partido, con un equipo bastante peculiar, un grupo de chicos que nos habíamos reunido únicamente dos días antes para entrenar, por nuestra cuenta, porque ni siquiera teníamos a nadie que nos guiara.
Un par de nosotros llevábamos algunos años jugando en las ligas comarcales y pretendíamos inculcar nuestra pasión al resto de compañeros del colegio.
Técnicamente nunca fui un niño habilidoso con el balón, aunque sabia leer los partidos, estudiar a los rivales y dosificar el partido, aún siendo un goleador nato, nunca fui técnicamente bueno, si algo destacaba de mi, más que mi juego, era la iniciativa, el tomar decisiones y generar el entorno para que fluyeran las ideas y las jugadas en equipo. Me encantaba sobre todo planificar jugadas extrañas a balón parado.
En aquel grupo de chicos, aproximadamente la mitad no habían jugado nunca un partido de futbol siguiendo el reglamento y en un campo de dimensiones oficiales.
Lo teníamos un poco complicado para salir de allí sin un saco de goles que acabara con la ilusión que nos había llevado hasta allí.

Lo primero que se me ocurrió fue preguntar, sabia que yo solo no podía darle la vuelta a aquella situación. ¿Qué hacemos? ¿Cómo jugamos?

Yo conocía perfectamente a todos los jugadores del colegio rival, todos estaban en la liga comarcal y algunos eran técnicamente de los mejores, destacaban por una defensa muy organizada y fiable.
"Deberíamos hacer el cerrojo" era una de las ideas que salió de aquel vestuario,  la idea no era mala, podíamos defender y defender, perderíamos pero no nos golearían.

En nuestro equipo la mitad podíamos afrontar aquel partido de igual a igual, con mayor o menor dificultad, pero la otra mitad se enfrentaban a lo desconocido.

Volví a preguntar, una y otra vez, ¿Qué hacemos?, ¿Cómo jugamos? y cada uno iba diciendo la suya, había respuestas de todo tipo, reíamos por no llorar, pero teníamos claro que queríamos sacar aquel partido adelante, si algo queríamos era hacerlo lo mejor posible y lo íbamos a intentar.

Ya lo tengo, grité, podemos ganar, cogí la tiza y me fui a la puerta del vestuario.
Se hizo el silencio, dibujé una M en la puerta y dije en voz alta los nombres de los dos que jugábamos aquel tipo de partidos habitualmente y tres que técnicamente jugaban bastante bien, cada uno sabia en que vértice de la M tenia que jugar, era su posición habitual en el campo.  Sobre la M dibujé una W con tiza roja sobre la M blanca y les dije al resto: "cada vértice sois uno de vosotros, memorizar esta posición en el campo, intentar estar siempre ordenados y mantener siempre a vuestro alrededor estos compañeros y no otros, buscar siempre estar rodeados por los compañeros que en el dibujo están a vuestro lado y no otros".
Cada uno de aquellos chicos, tenia gracias a esta posición uno de los mejores a cada lado y otro atrás, todos estaban arropados y por tanto podían sentirse seguros, ellos sabían que sus compañeros eran técnicamente mejores y si los tenían cerca, sólo tenían que pasarles el balón lo más rápido posible y estar ahí para apoyarles.
Me quité el brazalete de capitán y se lo entregué al chico que había decidido jugar más en punta, y que técnicamente era el menos preparado,  tu serás el capitán le dije. Encárgate de que todos mantengamos nuestra posición en el campo, dirige como si estuvieras en un portaaviones, no dejes de señalizar, gritar y mandarnos a todos donde debemos colocarnos, no te preocupes del balón, si diriges bien ganaremos.

Hace casi cuarenta años de aquel partido y lo recuerdo siempre con una sonrisa, éramos muy inferiores a ellos y conseguimos empatar a uno, aquel chico no paro de dirigir y gritar en todo el partido corriendo de arriba a abajo, con los dos mejores defensas del otro equipo completamente pegados a él. Jugábamos con la ventaja del desconocimiento, ellos no le conocían, el hecho de ser el capitán y su ímpetu dirigiendo el partido, fue más que suficiente para hipotecar sus mejores defensas en un marcaje férreo.
Defendimos como locos, y sobre todo jugamos en equipo, arropándonos y manteniendo el orden, sólo llegamos una vez a la portería contraria, pero fue suficiente.
Aquel empate fue una de las mejores victorias que recuerdo, sobre todo lo pasamos genial y nos dio moral para continuar con ilusión jugando el resto de partidos. Después fue más fácil, el equipo fue adquiriendo técnica individual y ganando en cohesión. Perdimos bastantes partidos, ganamos alguno, pero disfrutamos aprendiendo y divirtiéndonos en todos.

De aquel partido me quedo con la importancia de la estrategia y con el saber escuchar, aquellas ideas salieron de mi cabeza tras procesar todos los comentarios de mis compañeros, riendo con las paridas, valorando cualquier idea y animando a generar más, jamás se me hubiera ocurrido todo aquello si no hubiera preguntado al equipo una y otra vez ¿Qué hacemos?

lunes, 22 de febrero de 2016

Avui os vull explicar com salvar el món


Vaig començar aquest blog en castellà, per ser la meva llengua materna i en atenció als meus amics argentins. Fa dies que treballo al voltant de la idea de publicar en català i angles conjuntament a la meva llengua, però el que sembla simple es complica i s’endarrereix. Després de 50 anys a Catalunya, em costa pensar en castellà, es curiós però la meva velocitat de pensament profund sempre ha sigut ràpid i difús i moltes vegades no es pot traduir per que ja estic pensant un altre cosa. Avui m’expressaré tal i com ho penso i ja arribarà el dia que publiqui en les tres llengües, de moment no cal, de fet no hi ha tanta gent interessada en llegir-me.


Avui vull expressar de forma senzilla i clara el meu pensament sobre com solucionar un dels principals problemes de la humanitat i allunyar-nos del abismo per evitar el que sembla inevitable, el Caos. He intentat sempre en aquest blog, expressar pensaments, sentiments i compartir valors amb el propòsit de no molestar a ningú i no tocar temes de especial sensibilitat. Avui intentaré mantenir aquestes constants, però pot ser es hora de deixar de ser hipòcrites i assumir les nostres responsabilitats tots plegats.


Només cal observar el món des de fora, fent un exercici d’observador, sense donar opinions, només descrivint fets per donar-nos compte de quines son les nostres carències, les de tots.

Començaré utilitzant la base de la piràmide de Maslow, uns dels pensadors mes seguits en tot el món per parlar de reptes i felicitat.

Segons Maslow les necessitats bàsiques son les fisiològiques, son les primeres que necessitem tenir cobertes per passar al següent nivell de necessitats a satisfer. El ser humà necessita molt poc per cobrir aquestes necessitats bàsiques, ja que sembla son molt simples, aigua, una mica de menjar, protecció del fred i poca cosa més, ni tan sol necessitem als altres per sobreviure, ni el amor ni la amistat estan en la base, pel que podríem ser feliços sense ningú, aquest es un tema que ja abordarem un altre dia, avui parlarem només d’aquestes necessitats bàsiques i de la seva satisfacció.

Tenim gent que no te aigua i perd la seva vida simplement per no poder beure, aquesta es una realitat. Tenim gent dedicant el seu temps i la seva capacitat intel·lectual per mantener vives les guerres, fabricar armament o finançar activitats que faciliten la mort d’altres persones directament. Tenim millions de persones mirant cap a un altre costat i altres lluitant i obsesionats per satisfer necessitats creades per nosaltres mateixos, totalment innecesàries, oblidant que necessitem molt menys que tot això per ser feliços i que estem contribuint a la mort de molta gent que podría sonriure només per veure sortir el sol.

Tenim gent que considera un paper denominat "diner" suficientment valuós com per treure-li la vida a algú. La nostre espècie valora molt més una pedra que brilla i no serveix per molt que l’aigua o l’aire que el necessitem per sobreviure, aquesta es la nostre realitat, i crec que no cal opinar. La gent es capaç d’indignar-se i sentir-se ofesa si parles fort a la nit i en canvi no li treu el somni que el seu pare no te noticies seves des de fa mesos. Això son fets, no opinions.

Canviar el món, es fàcil comencem per la base de la piràmide de Maslow, donem-li el valor que es mereix i procurem que tothom les tingui cobertes i a partir d’aquí comencem a crear i a inventar noves necessitats. Si no volem preocupar-nos del demés, estem en el nostre dret, però no es solució crear necessitats sense cobrir les bàsiques. Està molt bé que tothom pugui accedir a les tecnologies i es dediquin esforços per tal de que tothom pugui tenir mòbil i accés a internet, però que tal si primer ens ocupem de donar aigua, no contaminar l’aire i dedicar els esforços per tal de que tothom pugui menjar avui, si, avui i no demà per evitar alguna que altre mort innecessària més.

domingo, 14 de febrero de 2016

Hoy os quiero contar dos formas de hacer la lazada de los zapatos

Una de las ideas iniciales que me rondó por la cabeza cuando comencé a escribir este blog, era poder explicar algo que fuera útil por si mismo y que además pudiera utilizarse como guía para otras múltiples decisiones o acciones a tomar en la vida.
Hoy, algunos o muchos de vosotros aprenderéis a hacer la lazada de los zapatos, o mejor dicho aprenderéis que lleváis todos estos años haciendo la lazada de forma incorrecta.
Cuando era niño me enseñaron a atarme los zapatos, después de muchos días viendo como mis padres me los encordaban, llegó el gran día donde conseguí finalmente hacer la lazada, tal y como la hacían ellos.
Ahora nos parece muy sencillo, pero cuando eres pequeño era toda una encrucijada, algo complicado y dificultoso.

Primero pones ambos extremos de los cordones hacia el lado contrario, después pasas uno de ellos por debajo del otro y estiras de ambas puntas, haciendo medio nudo, doblas uno de los extremos, haciendo la primera lazada, pasas el otro extremo por encima, lo rodeas y coges el cordón por la parte de abajo, estiras de forma que aparece otra lazada, aprietas y ya está, ya está hecho el lazo de los cordones.




Seguramente lleváis años haciéndolo de esta forma. Si lo observas, verás que los lazos quedan más o menos inclinados , una lazada arriba, normalmente a la izquierda y la otra a la derecha, pero hacia abajo, pero ambas lazadas quedan inclinadas, por no decir torcidas.

Seguramente de pequeño, se te aflojaban los cordones y se acababan desatando a lo largo del día. Piensa las veces que te has encordado los zapatos durante toda tu vida. Seguramente ahora no te sucede porque haces un nudo con las lazadas, para que no se suelten,  ¿curioso no?  porqué incluso haciendo un nudo de seguridad, a veces se acaban aflojando y desatando.
Observa con detenimiento cualquier deporte, el que quieras donde haya calzado con cordones.
¿Has visto cordones desatados?  Creo que sí.  Aprovechando que está de moda el running y las cursas populares, intenta encontrar una donde nadie se paré durante la carrera a atarse de nuevo las zapatillas.


Ahora coge tus zapatos o zapatillas deportivas, en  uno de ellos haz la lazada de toda la vida y en el otro comienza la lazada como siempre pero no pases el cordón alrededor por la parte delantera de arriba a abajo sino en sentido contrario, por atrás y de abajo arriba, la lazada parecerá muy semejante, pero obsérvala bien, verás que está totalmente perpendicular al zapato, ya no está torcida como la otra, de momento ya ganamos en estética.


Ahora estira fuertemente de los laterales del zapato separándolos, sorprendentemente la lazada se aprieta en lugar de aflojarse, ¿curioso no?

Esta segunda forma de encordarse los zapatos es prácticamente igual que la que llevas haciendo toda la vida, pero ligeramente más dificultosa, y especialmente complicada para un niño de 3 ó 4 años, posiblemente esto nos ha llevado a que inicialmente aprendiéramos la forma fácil aún siendo la menos eficiente y una vez aprendida la hemos mantenido año tras año, viendo como nuestros cordones se aflojaban hasta desatarse.
En cambio haciendo la lazada en sentido contrario, nunca se aflojan y por tanto no se desatan.

Lo que sucede con los cordones, seguramente sucede con infinidad de cosas y acciones que llevamos haciendo desde siempre de forma incorrecta, de la forma más sencilla y menos eficiente, simplemente porque nos lo enseñaron así y no nos hemos preocupado de pensar como podríamos mejorarlo.

A veces actuamos de forma absurda o ineficiente simplemente porque siempre lo vimos hacer así.  Y lo que es peor, muchas veces somos conscientes que no actuamos correctamente, pero lo hacemos porque siempre se hizo así.  Quizás sea momento de cambiar lo que no es correcto.

Estoy seguro que este post te sirve para que no se te aflojen los cordones de los zapatos y espero que también te sirva para preguntarte como puedes mejorar los procesos que te rodean, para descubrir nuevas formas de ganar en eficiencia.

domingo, 7 de febrero de 2016

Hoy os quiero contar el valor de la generosidad

Me encontraba en el interior del autocar, junto a mi mujer, a punto de regresar al Hotel después de una jornada realmente ilustrativa en plena naturaleza. Justamente estábamos observando una de aquellas imágenes que jamás puedes olvidar; en el interior de un barreño dos bebes con el cabello rizado disfrutaban de un baño, golpeando el agua con las manos, mostrando una clara imagen de felicidad mientras su madre frotaba la cabeza a uno de ellos. Estabamos embobados observando aquella imagen, interiorizando todos los privilegios que no valoramos, cuando de repente alguien golpeaba el cristal de la puerta delantera del autocar y gritaba enfurecido con el claro propósito de impedir que avanzáramos.

No podía comprender aquella escena, sorprendido al descubrir que quien golpeaba el autocar era un muchacho de no más de diez años que me había acompañado durante todo el día y que había destacado principalmente por su carácter agradable, simpático y tranquilo. Él y su hermana de aproximadamente la mitad de edad,  nos habían guiado de la mano por plena selva, serpenteando un sendero realmente dificultoso hasta descubrir un salto de agua en un entorno paradisiaco donde nos dimos un baño disfrutando de aquellos privilegios que están  ahí y a veces nos cuesta tanto encontrar.
Recuerdo especialmente sus pies descalzos sin que ello provocara ninguna dificultad para caminar y correr sobre las piedras o sobre el terreno resbaladizo.
Justo al regresar a la aldea y al despedirme, yo le había dado el picnic del hotel y una camiseta a su hermana pequeña, era lo que llevaba encima en aquel momento y él se había mostrado especialmente atento y feliz, tanto durante la excursión como al despedirnos.
No entendía que le sucedía, pensé que quizás quería algo que yo le pudiera ofrecer, pero de entraba me desconcertaba.
Fui rápidamente hasta el conductor y le dije que abriera la puerta, que era amigo mío, la verdad es que después de horas caminando se había establecido un vínculo que con otras personas no se produce durante años, y me preocupaba principalmente haber ofendido a aquel muchacho.
Al abrir la puerta del autocar, quedé gratamente sorprendido y no pude aguantar las lágrimas de emoción cuando descubrí lo que pretendía;
agradecido por el regalo que yo le había hecho minutos antes,  me entregaba una gran cesta de fruta. Aquel muchacho, no tenia zapatos, nunca había ido a la escuela, pero estaba agradecido, quería corresponderme y hacerme un regalo.

Pude comprar algunos souvenirs en aquel viaje, pero como de costumbre, lo mejor que me traje fue un aprendizaje, un pasito más para formarme como persona.

No olvidaré jamás lo que aprendí de aquel muchacho, su generosidad desinteresada, su más sincero agradecimiento,  sabiendo que jamás me volvería a ver, claramente sin esperar nada a cambio.
Desde entonces he seguido comprando souvenirs inútiles y trayéndome a casa experiencias y aprendizajes de mucho valor.

Pero también he seguido caminado otras muchas veces, he tenido la suerte de encontrarme en el camino con nuevas personas cargadas de valores, incluso he llegado a sentir esa fuerte conexión inexplicable, esas ganas de permanecer allí, de agradecer eternamente haberlas encontrado, he vuelto a emocionarme y las he visto alejarse hasta desaparecer, pero aún así he seguido aprendiendo, sigo regalándoles lo mejor que tengo, mi más sincera amistad, aún sabiendo que posiblemente no nos volveremos a cruzar.

domingo, 31 de enero de 2016

Hoy os quiero contar presente o futuro que más da

Se acabó Enero y comenzará un nuevo mes, seguramente habréis comenzado el año con nuevos proyectos, nuevas intenciones de mejorar vuestro día a día. Si es así, bienvenidos a este post.

Hoy os habréis dado cuenta que ha pasado un mes y podréis hacer un balance de como van vuestros buenos "propósitos".

Yo solía aprovechar especialmente el día de mi cumpleaños para comenzar a mentalizarme de todo aquello que emprendería al finalizar el año, de esta forma iba consolidando mis deseos, valorando los pros y los contras antes de embarcarme en una nueva empresa.

Si hoy es tu cumpleaños, felicidades, has tenido la gran suerte de valorar, de pensar un ratito sobre ti, estoy casi seguro de ello, casi seguro que has aprovechado el día de tu cumpleaños para pensar en aquellas cosas que te gustan especialmente, para compartir tu tiempo con las personas más entrañables, o al menos para pensar en ellas. Probablemente habrás dedicado tus pensamientos hacia lo que te hace especialmente feliz, lo que te hace reír y en los sentimientos más profundos que te han acompañado en los últimos años y también en los últimos días.

Tuve la gran suerte de ser un adolescente interesado por la ciencia, lo que me llevo a leer la teoría de la relatividad de Einstein, os aseguró que lo intenté, pero no conseguí entender sus fórmulas ni sus planteamientos de velocidad y tiempo, por lo que tuve que quedarme con lo que comúnmente se escucha en la calle, "el tiempo es relativo".

La relatividad del tiempo, curioso, pero  ¿que es el tiempo?, al final no deja de ser una unidad de medida inventada por nosotros, que relaciona los movimientos de los astros con la matemática, curiosamente también inventada por nosotros. Con estas premisas casi me atrevería a afirmar que el tiempo, como tal no existe.  Ciertamente, esa es la base de la teoría de la relatividad de Einstein, el tiempo como unidad de media puede variar, ya que no deja de ser una relación entre la velocidad y el espacio.

Dejando al lado el pensamiento científico, entre otras cosas para no marearnos, pensemos únicamente en el concepto del tiempo que conocemos, el que nos hace tomar decisiones cada momento.

Si nos dijeran que nos queda un día de vida, seguramente correríamos para hacer alguna de esas cosas que tenemos pendiente, como dar un abrazo, una muestra de cariño o expresar realmente nuestros sentimientos, seguramente nuestro corazón superaría la razón y no dejaría que nuestro cerebro nos frenara.
Pero, y si fuera una semana, seguramente, haríamos lo mismo.  Sin embargo no sabemos con seguridad si viviremos una semana,  no reaccionamos. No sabemos cuanto tiempo tendremos para realizar nuestros sueños, ni siquiera sabemos lo que es el tiempo y no reaccionamos.

Que diferencia hay entre un día, una semana o un año,
¿un año es mucho?
al final estaremos muy poco tiempo, o quizás mucho, si el tiempo es relativo, que lo es, o no existe como tal, ¿que más da?.

¿Que es presente y que es futuro?
mañana es futuro, dentro de una hora, también, y me atrevería a decir que dentro de un minuto, también, entonces ¿que es presente?,

¿el presente es pasado?   No, pero casi,  y lo que si se puede asegurar, es que en el pasado ya no podrás cumplir tus sueños.

Lo que seguramente os parecerá un enredo de conceptos, a mi me pareció transcendental, suficiente para dar un giro a mis hábitos y dejar de pensar en mi y en las cosas importantes únicamente una o dos veces al año. Desde entonces comencé a pensar profundamente con mayor frecuencia, y ahora sueño constantemente, sueño despierto, vivo con el único propósito de ser feliz.

Una vez te acostumbras a soñar, no puedes esperar, ni un año, ni un mes, ni un día.

No es fácil, y hay que practicar mucho, pero hay que planificar los sueños mientras los haces realidad, soñar mientras amas, reír y llorar constantemente, soñar, soñar y soñar para ser feliz.

No dejes que tu mente te robe ni un minuto de felicidad.



domingo, 24 de enero de 2016

Hoy os quiero contar la característica de los imanes.

De mis primeros recuerdos de niño recuerdo especialmente mi curiosidad por los imanes y el mercurio. A pesar de su toxicidad, era bastante normal aprovechar el mercurio de los termómetros para jugar con aquellas bolitas que se unían y se separaban una y otra vez.
También era bastante común aprovechar cualquier bobina eléctrica inutilizada para jugar con sus imanes. Estos especialmente presentan una de las características más comunes y a la vez más curiosas del universo, la fuerza de atracción y la capacidad de repelerse.
  •  ¿Por que es imposible juntar las partes del imán por unos lados y en cambio se atraen por el otro?
  •  ¿Qué diferencia hay entre un lado y el otro?
Ciertamente, si observas un imán con detenimiento, verás que sus lados no muestran aparentemente diferencias, de hecho no hay nada observable que pueda identificarlos como distintos.
Esa misma teoría la observo desde niño en todas las cosas que me rodean, y hasta ahora todo lo que aparentemente parece prácticamente igual, realmente no lo es.

Constantemente todos percibimos olores, sonidos, imágenes que nos parecen más o menos agradables, que nos atraen,  e igualmente otros impulsos que nos hacen dar un paso atrás, mirar hacia otro lado, o simplemente activar nuestros mecanismos internos para desviarnos hacia aquello que nos encaja, y esto mismo nos ocurre con las personas.

En un mundo inmerso de gente, seguramente encontraremos tanta diferenciación de seres humanos como habitantes hay en el planeta, pero yo quiero centrarme en una sencilla clasificación, igual que en los imanes, dos diferenciados polos, sin flecos, el imán o se atrae o se repele, no hay medias tintas, la realidad es innegable, hay personas que ganan mi admiración y otras que no, personas por las que me siento atraído, especialmente a gusto de compartir mi tiempo y otras que sencillamente no.

Recuerdo cuando era niño y jugábamos a futbol en el colegio, de pequeño ya me gustaba llevar la iniciativa, quizás era un mecanismo de defensa, quizás mis miedos a no ser elegido me llevaba a  animarme a retar a cualquiera de mis compañeros para elegir a los miembros de los equipos. Cuando hacia esos equipos de futbol, nadie entendía porque no elegía primero a los técnicamente mejores y tampoco nadie se explicaba como a veces podíamos ganar si éramos inferiores.
Éramos técnicamente inferiores, pero yo elegía siempre a los que me atraían, a los que ganaban mi admiración por su forma de ser, por su actitud y no por su habilidad futbolística, a los más generosos, a los más ilusionados, a los que sin duda deseaban hacer las cosas bien, a los que sabían que necesitaban al resto de sus compañeros para poder jugar y para los que ganar no era su prioridad, sino que intentarlo y divertirse era más que suficiente.

Con un equipo formado por chicos así, era prácticamente imposible perder.

Ese principio, esa forma de hacer las cosas me ha acompañado toda la vida, me atrae la buena gente, la humildad, las personas con la virtud de la generosidad,  y sobre todo la gente ilusionada, que intentan cada día hacer las cosas de forma correcta, con gran sentido de la responsabilidad y con esa sonrisa en su rostro a pesar de las dificultades, gente simpática y amable con la que me gusta compartir mi tiempo, sencillamente para mejorar aprendiendo de su forma de hacer.

Increíblemente el mundo está lleno de gente maravillosa y de gente que no lo es.

Podemos descubrir infinidad de personas geniales, sencillamente geniales, sin más calificativos, hay suficiente buena gente en este planeta como para compensar sobradamente todas las demás.