domingo, 25 de septiembre de 2016

Hoy os quiero contar reflexiones de cumpleaños

Durante años utilizaba este dia para reflexionar, recordar mis prioridades y marcar mis objetivos para el próximo año, establecía como inicio de mis nuevos proyectos el dia de mi cumpleaños, era mi autoregalo, una rutina que comenzó hace treinta años tal dia como hoy en las fiestas de la Mercè, celebrando como no mi cumpleaños, rodeado de esos grandes amigos, con mis necesidades primarias, secundarias y terciarias cubiertas, comenzaba a darme cuenta que para ser feliz no habia nada como dejarse guiar por la pasión, y cogí la costumbre de dedicar el final de ese dia a pensar, a preguntarme que queria para el próximo año por encima de cualquier otra cosa, viviendo cada dia guiado por ese deseo pasional establecido ese dia veinticuatro. Solia después hacer un ejercicio similar para revisar y corregir ese plan tres meses después, coincidiendo con la navidad y donde sin duda estamos más sensibles y nuestra capacidad de valorar las cosas importantes se incrementa. Abandoné esta rutina hace algunos años, cuando descubrí que un año era demasiado tiempo para realizar un proyecto tan importante y comencé a marcar ese objetivo pasional cada día, al levantarme agradeciendo haberme despertado y dedicando el espacio de tiempo suficiente mientras realizo algún estiramiento o algun ejercicio físico mientras me acabo de despertar, para saber donde estoy y hacia donde voy, cual es mi prioridad pasional y como afrontar la rutina diaria sin salir de mi verdadero camino.

Hoy he querido dedicar este final del dia de mi cumpleaños a retomar este blog, que nació con emociones fuertes y que estaba quedando en el olvido, malherido. He querido hacerlo para contar una de esas historias que durante semanas he ido incorporando para mostrar al mundo mis valores, mis prioridades y mi forma de ver la vida. Lo he retomado por haber sido esta una semana especialmente emotiva, que comenzaba el pasado viernes en un nuevo proyecto, una nueva idea de aportar mi tiempo a una causa olvidada y movido por la ilusión me enredaba en un stage deportivo con un grupo hasta entonces desconocido.
Tras la presentación y primeras tomas de contacto me encontraba con una amiga de la infancia, compañera de colegio con la que empezabamos a ponernos al dia, recordando compañeros y anécdotas remontándonos cuarenta años. Me desplacé a Banyoles ilusionado por comenzar un nuevo proyecto y de repente me encontraba con un jarro de agua fría, al enterarme de la muerte reciente de una compañera de colegio, hija de amigos de la família, con quienes mis padres habian compartido muchos momentos en el inicio de su adaptación como emigrantes a Cataluña en los años sesenta. Y como todo puede empeorar, me enteraba de la muerte no tan reciente de quien sin duda fue en la infancia parte de mí, con quien intercambié sonrisas, juegos y lágrimas, mientras creciamos y descubriamos algo nuevo cada dia, soñando, aprendí a amar el éxito ajeno, disfrutando con la competición con independencia del resultado, forjando un sentimiento profundo de amistad. Recuerdo aquellas competiciones en clase, con apenas 6 años, dividiendo a toda velocidad, leyendo fragmentos o realizando rompecabezas, una y otra vez, deseando su victoria tanto como la mia. El saber de su inesperada muerte me condujo mentalmente al pasado, ya había experimentado su pérdida dos veces al tomar caminos diferentes, consciente de que dificilmente nuestras vidas paralelas se volverian a cruzar por tercera vez.
Emocionalmente descolodado iniciaba una semana laboralmente complicada, en la que mis decisiones afectan en mayor o menor grado a cientos de personas de forma muy directa a sus proyectos, sus pasiones y su realización personal y profesional futura. Comenzaba el lunes encontrándome con muchos de ellos y también con mis emociones, no olvidadas, pero si guardadas para seguir mi camino. En pocos minutos cruzaba saludos con algunas de las personas a las que he tenido el placer de conocer en los últimos tres años, algunas a las que he entrevistado y con las que he compartido información, proyectos, pasiones y emociones, a las que he extendido mi mano y que sin duda me han hecho crecer y mucho como persona.
Descubrir potencial y talento es un lujo al que estoy muy agradecido, sin embargo, cuando estableces lazos de amistad y pierdes el control de su camino y del tuyo, sabes que no tendrás lágrimas suficientes, ni capacidad para cambiar el rumbo, ni el tuyo ni el de nadie, sabes que las vidas se separan y las conexiones se desvanecen.
De camino a casa pensaba en algunos de los compañeros a los que había saludado , y recordaba aquella bata blanca, entrecruzando historias con la mejor amiga de mi infancia, consciente que igual que ella desapareció un día de mi vida, tomando caminos diferentes, ahora mis conexiones emocionales con la mayoría de ellos correría la misma suerte.
Demasiada gente a la que aprecio, demasiada gente a la que valoro, demasiados referentes, demasiada buena gente que han marcado mi camino. Emocionalmente no estoy preparado para desconectar, para no seguir a su lado, sin embargo se que cogerán el camino adecuado y seguirán avanzando aunque yo no esté ahí para poder disfrutarlo. El resto de la semana ha sido igualmente intenso, mezcla de alegría y tristeza al desvelar el destino de grandes amigos, estaré ahí para acompañar y subir la montaña con los que se quedaron atrás, ahí es donde quiero estar y ahí es donde estaré, hoy prefiero llorar que brindar, sabiendo que le daremos la vuelta, juntos con los que quieran estar.

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